Alameda (Juan José Ruiz de) Apodaca

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Alameda (Juan José Ruiz de) Apodaca

Uno de los rincones más hermosos de Cádiz es, sin lugar a dudas, la Alameda Apodaca. El paseo, que se abre a la Bahía, se convierte en un placer para los sentidos por la belleza de sus exuberantes jardines, entre los que destacan el color de las buganvillas y la grandiosidad de los ficus. El paseo deja imágenes pintorescas, como los grupos de pescadores lanzando sus sedales desde la balaustrada. Durante el verano se convierte en un lugar indispensable en el que tomar un café aprovechando el benigno clima local. Cuando la recorras, no dejes de buscar los “cabezones” (bustos) de reconocidos hispano-americanos que, escondidos entre la vegetación, recuerdan la vinculación de Cádiz con América. Destaca, también, el monumento al Marqués de Comilla o la estatua del insigne gaditano Carlos Edmundo de Ory.

Tradicionalmente es conocida como “la Alameda”. Pero su nombre oficial es “Alameda de Apodaca”. Su nombre recuerda la figura de Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza Gastón de Iriarte López de Letona y Lasquetti. I Conde del Venadito, 61º y antepenúltimo virrey de la Nueva España.

Nació en una familia de mercaderes adinerados. Entró en la Armada como guardia-marina en la Compañía del Departamento de Cádiz en 1767.  Con tan solo 15 años embarcó en el navío corsario San Lorenzo y posteriormente en el Triunfante. En 1770, ya como alférez, realiza su primer viaje a América. Inicia, entonces, una relación que le llevará a lo más alto del escalafón español al otro lado del Atlántico. Pero su vida militar –siempre vinculada a la Armada- le devolverá a Cádiz. Viéndose obligado a participar en la guerra con los ingleses en el Estrecho de Gibraltar. Su vida cambiará definitivamente en 1781 cuando sea ascendido a capitán. Es entonces cuando se le otorga el mando de la fragata Nuestra Señora de la Asunción. Terminada la guerra, y al mando de su fragata, navega hasta Filipinas para llevar la noticia de la paz.

En 1796 se reinicia la guerra con los ingleses y será entonces cuando se produzca uno de los acontecimientos más importantes en la vida de Apodaca: rodeado por la escuadra de Jervis en el cabo de San Vicente, supo aprovechar la niebla del amanecer para escapar y buscar refugio en la ría de Vigo. Perseguido por los británicos, se le solicitó rendición pero, en vez de acobardarse, dejó que el parlamentario británico observase las defensas que estaba realizando obligando a la escuadra inglesa a salir de la ría. Juan José Ruiz de Apodaca decidió perseguirlo y logró capturar una de sus naves. Tras su hazaña, el gobierno le ordenó marchar a un Ferrol que se encontraba bloqueado por una escuadra enemiga. Aun así, Apodaca logró arriba al puerto, abandonando el barco por el mal estado en el que estaba.

En de marzo de 1807, después de haber navegado por todo el Mediterráneo a bordo de diferentes navíos y de haber ocupado la dirección del Arsenal de la Carraraca, se le concedió el mando de la escuadra del Océano y en 1808 vence la escuadra francesa del almirante Rosily. En enero de 1809 es enviado a Londres para entablar negociaciones de paz y crear una alianza para luchar contra el invasor francés, que culminaron en Tratado de Londres, de 14 de enero de 1809.

Tres años después, en febrero de 1812, pasó a la isla de Cuba como capitán general y gobernador de La Habana. Y en septiembre de 1816 fue nombrado virrey de Nueva España. La lucha por la Independencia ya había comenzado y Apodaca tuvo que enfrentarse a los insurrectos. Gracias a su carácter diplomático, pareció acallar la revuelta hasta la llegada de Mina a México. Gracias a su victoria sobre el guerrillero Francisco Javier Mina obtuvo el título de conde del Venadito. Pero en 1820 el virreinato es suprimido por el Gobierno y Apodaca pasa a ser Jefe Político Superior de Nueva España. Y en julio de ese mismo año, tras mostrar su desacuerdo con la Constitución del 12, que volvía a estar activa, Apodaca es depuesto en su cargo. Finalmente vuelve a España, estableciéndose en Madrid donde fallecería en 1835.

Puedes conocer este lugar y la historia de Apodaca en nuestras rutas:

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